Toponimia canaria: Tenerife en el mundo (y más allá...).
En esta ocasión vamos a dedicar el presente Post de nuestro Blog a hablar sobre el topónimo 'Tenerife', que aparte de ser una conocida isla en el Archipiélago de las Canarias, es también un municipio en Colombia, una montaña en la España continental, situada al sureste de la Península Ibérica, el nombre de un monte en nuestro satélite lunar, así como un pico en la isla de El Hierro, otra de las Canarias. Vayamos por partes.
TENERIFE EN COLOMBIA.- Tenerife es un municipio colombiano del departamento de Magdalena, fundado en 1542 y con una población de 13.503 habitantes. Localizado en la orilla oriental del río Grande de la Magdalena, en el norte de Colombia, cerca del Caribe atlántico y a 595 km de Bogotá. Fue allí donde Simón Bolívar ganó su primera batalla en la Campaña del Magdalena y lanzó su primera proclama de libertad.
Según nos cuenta Wikipedia, el nombre de la Villa de San Sebastián de Tenerife, se debe a una costumbre española en la que al fundar una población se le daba el nombre del Santo que ese día celebraba la Iglesia y casualmente ese día se celebraba el martirio de San Sebastián. Entre tanto el nombre de Tenerife se dio porque el capitán Francisco Henríquez, un canario, se quiso agraciar con su jefe Pedro Fernández de Lugo quien era Adelantado de las Islas Canarias y a la sazón era el Gobernador de Santa Marta.
Esta Sierra Almagrera, conocida también como la “Tierra de la plata”, por los grandes yacimientos de este mineral que eran explotados antaño, se encuentra pegada a la costa al noreste de la Provincia de Almería, en la Comarca Levante Almeriense, dentro del Término Municipal de Cuevas del Almanzora.
En líneas generales, la Sierra Almagrera es muy pequeña, contando únicamente con unos 8,5 kilómetros de largo por 3 kilómetros de ancho. En efecto, el pico Tenerife es su punto más alto, con 368 metros sobre el nivel del mar. De hecho, estas son las principales cotas de la Sierra Almagrera:
- Tenerife – 367,70 m –
- Morro Cabrera – 348 m –
- Picacho de la Iberia – 342 m –
- Picacho de la Matilde – 320 m –
Señalar, por último, que Almagrera se trata de una pequeña cordillera paralela al mar al que llegan sus lomas formando numerosas puntas y espectaculares calas. Está formada por diferentes minerales, entre ellos, la plata, y que ha sido usada desde tiempos remotos para la extracción de ellos. Al igual que otras sierras cercanas, por su situación geográfica al oriente de la provincia de Almería, presenta un clima mediterráneo subdesértico, con pocas precipitaciones, una elevada insolación y pequeñas brumas que afectan principalmente a esta Sierra Almagrera, al encontrarse más próxima al Mediterráneo.
TENERIFE, UN MONTE EN LA LUNA.- Las islas Canarias, y en general los Archipiélagos macaronésicos, dadas su especiales características, fueron desde el principio objetivos primordiales de los estudiosos europeos, especialmente en los siglos XVIII y XIX. Particularmente la isla de Tenerife, y su Pico Teide, acapararon la mayor atención, y ello por permitir una gran variedad de interesantes estudios en casi todas las ramas científicas, tanto para los geólogos, como para los botánicos, geógrafos y astrónomos; al margen de su belleza y majestuosidad, como ha señalado Álvaro Díaz Tores en un curioso artículo publicado en 1989 en el diario El Día de Santa Cruz de Tenerife.
Y precisamente a un astrónomo le debemos la denominación de Montes de Tenerife y de Pico Teide a unas montañas de la Luna, nuestro satélite terrestre. Estas montañas lunares las podemos encontrar entre el gran cráter Platón y el Mare Imbrium, aunque bastante cerca de aquel.
Este astrónomo fue el británico Charles Piazzi Smyth que en la segunda mitad del siglo XIX decide viajar a Tenerife con su esposa Anne Duncan, para observar la Luna.
Todo empezó cuando Charles Piazzi, director del Real Observatorio de Edimburgo, atraído por las favorables características climatológicas y geológicas de nuestras islas, pudiéndose alcanzar más de tres mil metros de altitud e instalar allí los instrumentos de observación y medición, mediante el Teide, amén de la relativa proximidad del Archipiélago a las islas británicas, en 1855, propone a las autoridades de su país la posibilidad de trasladarse a la isla de Tenerife con el fin de comprobar, entre otras, las hipótesis de que las observaciones astronómicas se verían sensiblemente mejoradas si pudiesen ser realizadas desde lugares donde se pudieran evitar las capas más bajas de la atmósfera, las más densas, y las interferencias causadas por focos luminosos. Las cumbres de Tenerife, sin duda, ofrecían todas esas condiciones favorables para la observación de nuestro satélite. Las cumbres de Tenerife ofrecían todas esas condiciones y, además, todo ello aderezado con su indiscutible belleza.
Pese a las dificultades iniciales, Robert Stephenson, hijo del inventor de la locomotora y propietario del barco "Titania" que fue gratuitamente ofrecido al Charles Piazzi para trasladar material y personas hasta la isla de Tenerife, hizo que el proyecto fuera aceptado.
El 24 de junio de 1856, el «Titania», con todo el instrumental necesario, incluyéndose barómetros, cronómetros, termómetros de radiación, polarímetros, actinómetros y, cómo no, telescopios, catorce tripulantes y dos pasajeros a bordo, zarpó del puerto de Southampton, en el sur de Inglaterra. Los dos únicos pasajeros eran una pareja de recién casados, el astrónomo Charles Piazzi Smyth y su esposa Jessie Duncan.
El "Titania" arribó a Santa Cruz de Tenerife el 8 de julio siguiente, la pareja desembarcó y marchó por tierra al Puerto de La Orotava, mientras el barco pudo desembarcar en dicho puerto del norte de la isla todo el instrumental que transportaba.
El 14 del mismo mes, el científico acompañado por algunos tripulantes del "Titania" y de los arrieros y bestias contratados en La Orotava, transportaron el pesado instrumental con la ascensión a Las Cañadas del Teide. Estableció una primera base de observación cerca de hoy se encuentra el Parador Nacional, y días más tarde, el 28 de agosto, logró establecer la segunda base en Altavista, a 3.260 metros de altitud, es decir, en el propio cono del Teide.
Muchas fueron las observaciones realizadas, dirigiendo los telescopios hacia la Luna, como a otros planetas y estrellas. Y fue en esas observaciones cuando el astrónomo decidió otorgar los nombres de 'Tenerife' y de 'Pico (Teide)' a dos montes lunares, que desde Canarias logró observar y catalogar por primera vez. En su memoria, a un cráter situado no muy lejos de aquellos, se le dio el nombre de 'Charles Piazzi'.
A finales del mes de septiembre de 1856, el «Titania», después de recoger los instrumentos, equipajes y a los ilustres pasajeros, puso rumbo a Inglaterra.
Una vez de regreso a Inglaterra, y bajo el título de "Teneriffe an astronomenr's experiment: or La Specialities of Residence above the clouds" ("Tenerife, el experimento de un astrónomo: o las especialidades de la residencia sobre las nubes"), fueron publicados los resultados de la investigación efectuada durante su visita científica a Canarias.
Los Montes Teneriffe (Montes Tenerife), en efecto, son un conjunto de varias montañas lunares aisladas que emergen del norte del Mare Imbrium. Las montañas se extienden por una zona de unos 110 km de longitud por 56 km de anchura, algunos de sus picos alcanzan los 2.400 m de altitud.
Piazzi, en agradecimiento al pueblo canario por las facilidades y colaboración prestadas por las autoridades de la isla durante toda la investigación, a través del periódico londinense Daily News y en carta dirigida al director del mismo dio las gracias a las autoridades españolas y los habitantes de la isla por las facilidades prestadas para la realización de las observaciones y el "mucho interés en el éxito de mis operaciones".
Portada de la ublicación que recogía la investigación de Piazzi. (Foto: El Día).
Finalmente, de forma oficial, el nombre de Montes Tenerife fue puesto por el astrónomo británico William Radcliffe Birt en recuerdo a la expedición científica del citado astrónomo Charles Piazzi Smyth a la isla de Tenerife en el verano de 1856.
TENERIFE, LA SEGUNDA MAYOR ALTITUD DE LA ISLA DE EL HIERRO.- Poco conocido, el pico de Tenerife es con 1.417 metros, la segunda mayor altitud de la isla de El Hierro, (islas Canarias), tras el Pico de Malpaso con 1.501 metros de altura. Se encuentra situado en las coordenadas 27°43′51″N 18°00′34″O.
En efecto, justo en el centro y en la cumbre de El Hierro y en la divisoria de las dos vertientes este y oeste de la isla, se encuentra esta relevante montaña de forma perfectamente cónica que recibe el nombre de Tenerife, perteneciente al municipio de Valverde.
Porque la Montaña o Pico Tenerife es un imponente edificio volcánico que se levanta altivo en la misma cresta de la cumbre que divide la isla en la parte este por el pinar y las laderas del Julan, y en la parte oeste por el Valle del Golfo; tiene una altura de no menos de 200 m desde su base y los materiales son de jable (arenas volcánicas) muy fino y de un color rojo muy intenso. La carretera que va hasta la Cruz de los Reyes atraviesa la montaña por la parte del este por la mitad, pero la ladera de jables continúa uniforme y se extiende sobre una gran superficie lisa y sin vegetación alguna que contrasta con el verdor del pinar que la rodea.
Aunque 'Tenerife' es el topónimo oficial, así aparece en los mapas, a esta montaña también se le conoce, según algunos herreños, como 'Tinefe' o 'Tenerista'.
TENERIFE, UNA ISLA EN UN ARCHIPIÉLAGO ATLÁNTICO.- Según la Enciclopedia CanariWiki de la Consejería de Educación del Gobierno de Canarias, Tenerife es la parte emergida de un edificio volcánico de base piramidal que se alza desde los 3.000 m bajo el nivel del mar hasta los 3.718 m (aunque el IGNE actualmente determina con altitud oficial la de 3.715 m) en su punto más alto, en el Pico del Teide.
Los primeros materiales volcánicos que formaron Tenerife, aparecieron hace 12 millones de años en la costa norte de la península de Anaga. Durante la larga historia de formación geológica de la isla con periodos constructivos y destructivos, se distingue una fase inicial con las primeras erupciones de origen basáltico que configuraron tres sectores separados entre sí y que pudieron formar inicialmente tres islas: la península de Anaga, la de Teno y el sector del Roque del Conde (Macizo de Adeje). Se fueron sucediendo diferentes episodios eruptivos que dieron lugar a la formación de Las Cañadas, la Cordillera Dorsal y el complejo de Teide-Pico Viejo y finalmente las erupciones recientes e históricas.
La isla de Tenerife es la más extensa del archipiélago canario con 2.034 km² de extensión y 342 km de longitud de costa; se divide en 11 comarcas naturales en las que se ubican 31 municipios, 15 en el norte, 12 en el sur y 4 en el área metropolitana. Las comarcas son: Abona (Granadilla, San Miguel de Abona, Vilaflor de Chasna y Arona) Acentejo, Anaga, Área Metropolitana, Icod-Daute-Isla Baja, Macizo Central, Sureste (Agache, Fasnia y Arico), Suroeste (Adeje, Guía de Isora y Santiago del Teide), Teno, Valle de Güímar y Valle de La Orotava. El municipio más extenso es La Orotava con 207,31 km² y el más pequeño es el Puerto de la Cruz que ocupa 8,73 km². Por su parte, Vilaflor de Chasna es el municipio más alto de la isla situado a 1.400 m.s.n.m.
Según el Diccionario de Guanchismos de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, a la isla de Tenerife se la ha conocido a lo largo de la historia por cuatro o cinco nombres diferentes. El primero fue el de Ninguaria con que aparece en el texto que Plinio el Viejo dedicó en su Historia Natural a las Islas Afortunadas, "que ha recibido este nombre -dice- de sus nieves perpetuas, cubierta de nubes". El segundo nombre fue el de Nivaria, expresión latina que aparece por vez primera en Solino (Díaz Tejera 1988: 19-20), al parecer por una mala lectura del texto pliniano y que traduce el motivo de la nieve. El tercer nombre fue el de isla del Infierno, que aparece en los mapas y cartulanos de los primeros viajeros y navegantes que merodearon por las Islas a lo largo de todo el siglo XIV. El cuarto fue el de Chineche, Achinech, Achineche, Chinet, Chinichi u otras varias expresiones variantes con que según la tradición historiográfica los nativos guanches denominaban a su propia isla. Y finalmente, el quinto, el de Tenerife, que es el único que ha prevalecido.
Sobre la etimología del topónimo 'Tenerife' mucho se ha escrito, existiendo multitud de teorías e hipótesis. Esa atención se inició pronto, por parte de los primeros historiadores de Canarias. El primero de ellos, el dominico Alonso de Espinosa, dirá que los palmenses (los aborígenes de la isla de La Palma) la llamaron Tenerife porque tener quiere decir 'blanco' y fe 'monte', mientras que los naturales de la propia isla de Tenerife "en su lenguaje antiguo la llamaron Achinech". Por su parte, Torriani matiza que "los isleños [de la propia isla] le decían Chinechi, y los palmeros, Tenerife, que en su lengua significa tanto como monte de nieve" (1978: 172). Y Abreu Galindo que "en su propio lenguaje y común hablar, la llaman y nombran el día de hoy Achineche".
Núñez de la Peña dice que la isla se llamaba Chinet y que los naturales se llamaban a sí mismos guan-chinet, que quiere decir 'hombres de Tenerife', y que después los españoles corrompieron y dijeron 'guanches'. Finalmente, Viera y Clavijo, tras poner en duda que el nombre de Tenerife se debiera a los habitantes de La Palma, propugna para ella el de su último rey, Tinerfe el Grande, antes de que la isla se dividiera en los nueve reinos que los castellanos encontraron al inicio de la conquista de la isla. Y así -dice Viera- Chinerfe es la misma voz Tinerfe de su gran rey, y de Chinerfe se llamaron guanchinerfes los naturales de la isla, de donde a su vez deriva el nombre de 'guanches'.
Modernamente, el profesor de la Universidad de La Laguna, don Antonio Tejera Gaspar hace derivar el nombre de 'Tenerife' del de una tribu líbico-bereber de nombre cinithi que habitaba en la región litoral de Túnez en época romana, "debajo de la pequeña Syrte, en Thaenae (Hr Thyna), al sur de la fossa regia". Y así, de este etnónimo cinithi derivarían los nombres de Chineche, Achinech, Achineche, Chinet, Chinichi y otros que aparecen en las primeras fuentes historiográficas castellanas, y de ellos Tenerife, e incluso el de guanches con el que esas mismas fuentes dicen que se llamaban los naturales de Tenerife.
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De esta manera hemos repasado estas cinco referencia toponímicas, en las que 'Tenerife', es la denominación oficial en varios hitos geográficos de nuestro mundo, e incluso en el ámbito ultraterrestre.
Pedro R. Castro Simancas, 7.8.2024.
Fuentes:
Web: Los Guanchismos. Diccionario de Toponimia de Canarias, Universidad de Las Palmas de Gran Canaria.
https://guanchismos.ulpgc.es/page/inicio
GARCÍA RODRÍGUEZ, J.L., HERNÁNDEZ HERNÁNEZ, J. CABRERA ARMAS, L.G., DÍAZ DE LA PAZ, A. y AFONSO PÉREZ, L. (1990): Atlas Interinsular de Canarias, Ed. Interinsular Canaria, S.A., Santa Cruz de Tenerife, 1990.
DÍAZ TORES, Álvaro (1989): "Un lugar en la Luna" en La Prensa del Domingo-El Día, pp. 10-11, 11 de junio de 1989, Santa Cruz de Tenerife.
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