Toponimia canaria: El lugar de Guadamojete en el sureste de El Rosario (Tenerife).

Según el Diccionario de Toponimia de Canarias que edita la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, Guadamojete actualmente figura como Punta de Guadamojete,  que pervive como un lugar en la costa del Sureste de Tenerife, en la actualidad perteneciente al municipio de El Rosario, pero que en la documentación histórica está vinculado a Candelaria (por proximidad) y al Menceyato de Güímar (del que formaba parte hasta 1496).

Vista del Parque de Guadamojete, en Radazul Bajo. (Foto: El Dia).

Bethencourt Alfonso, ya en el año 1913, con la justeza y precisión con que suele citar los topónimos guanches de Tenerife, lo describe como "región costera del Rosario" y lo nombra como hoy mismo se llama: Guadamojete (Historia del Pueblo Guanche, 1991: p. 425).

Esa "región costera del Rosario" a que se refería el citado autor, en efecto, en la actualidad corresponde a las zonas de Tabaiba, Radazul y Bocacangrejo, entidades pertenecientes al litoral del municipio de El Rosario, con capital municipal en la Villa de La Esperanza. El término se utilizaba, por tanto, para la bahía que abarca entre Bocacangrejo y Radazul e, incluso, el ámbito de Tabaiba y El Varadero.

Cartográfica de Canarias (GRAFCAN), por su parte, identifica como topónimos, aparte de la Punta y el Parque de Guadamojete, asimismo, el Risco de Guadamojete como la ladera o acantilado por donde discurre el sendero o paseo peatonal entre Radazul y Tabaiba.

Acceso a la base cartográfica de GRAFCAN:

https://grafcan.es/aXNv84T

Precisamente, el Ayuntamiento de este municipio, en el año 2017, para no olvidar este topónimo, acuerda denominar "Parque de Guadamojete" a un parque urbano en la Urbanización de Radazul Bajo, junto a la Playa de la Nea.

HISTORIA DEL LUGAR.- La importancia de la zona de Guadamojete en época aborigen ya es recogida por las fuentes del siglo XVI. Desde ese momento, el topónimo cuenta con un muy completo registro historiográfico. Aparece por vez primera en la Historia de Nuestra Señora de la Candelaria del dominico Alonso de Espinosa, cita que reproduce Viera y Clavijo, y detrás de él lo repiten todos los autores que en los siglos XVIII y XIX se dedicaron a las antigüedades canarias.

Porque de un episodio de la época guanche trata Espinosa; dice que un guanche llamado Emotio, sobrino del mencey de Güímar, "gigante de increíble grandeza" que tenía catorce pies de largo y ochenta muelas y dientes en la boca, fue enterrado en la necrópolis de la familia del mencey, y que el cuerpo de este "está mirlado, en una cueva grande, sepultura antigua de los reyes de Güímar, cuyo sobrino era, que está en Guadamoxete." (1980: p. 36).

Sobre esta cita del Padre Alonso de Espinosa, puede leerse nuestro Post publicado en este Blog el 27.05.2024, donde se transcribe y se explica el contexto de este episodio:

https://guadamoxete.blogspot.com/2024/05/el-gigante-de-guadamoxete-segun-el.html

Y el erudito Viera y Clavijo hace notar la exageración de Espinosa, pero asegura por vía de Núñez de la Peña "que su cuerpo estuvo muchos años después de conquistada la isla mirlado dentro de una cueva, en donde dicen Guardamoxete" (2014: I, p. 616). Poco más o menos dice Dámaso de Quesada, contemporáneo de Viera, solo que aquí el nombre se le atribuye al gigante Guamugeto "sobrino del rey de Güímar" y no al lugar (2007: p. 194).

Las referencias más abundantes que conocemos de Guadamojete, seguiendo a Escribano y Mederos, están relacionadas con su emplazamiento en el Camino Real que iba a Candelaria. Este camino real tomaba en una parte de su trayecto, el nombre de camino de Guadiamoxeto, en una parte baja del mismo, "camino de Santa María de Candelaria abajo", esto es, se trataba de un camino secundario o desvío que llegaba al mar, probablemente al continuar el trazado principal  del camino real en la Montaña de Jagua hacia Machado y la Ermita del Rosario y seguir en dirección a Candelaria. Así, el 15 de agosto de 1512, una data indicaba: "Pedrianes, pescador, y Luis Peres, v[ecino]s, casados, 50 f[anegas] a cada uno de vosotros, camino de Santa María de Candelaria abajo, hacia el camino de Guadiamoxeto, linde con el Barranco de los Pinos, [a] vos do[y], porque en 7 años q[ue] ha q[ue] vivís en esta isla, no habéis tomados t[ierras] para sembrar" (Serra, 1978, p.161).

El valor especial de Guadamojete para el conjunto de los aborígenes de Tenerife, y no solo para el menceyato de Güímar (al que pertenecía el lugar), lo ratifica la ceremonia del nombramiento del mencey de Taoro, según relata Marín de Cubas, "El rey viejo de Taoro juraba por un mirlado su pariente, que tenía el cuerpo agigantado [...] en la cueva de Guadamojete".

Las referencias más antiguas al interés portuario de Guadamojete, después de la conquista castellana de la Isla de Tenerife en 1496, proceden de un acuerdo del Cabildo de Tenerife de 1521, donde se menciona a 'Guadamojetro' o 'Guadamoxetro', como punto de embarque de 300 carneros para Gran Canaria", que se recoge en "Acuerdos del Cabildo de Tenerife, volumen IV: 1518-1525", de Elías Serra y Leopoldo de La Rosa. Paulatinamente, con la creciente importancia del puerto de Santa Cruz, fue cayendo en desuso el de Guadamojete, aunque el topónimo es empleado en diferentes cartografías antiguas de entre los siglos XVII y XIX, con distintas variantes, como 'Guamugete' o Guamuguete'. Sin embargo, la mayor parte de las referencias harán mención más habitualmente al "camino que va a Guadamojete".

Marín de Cubas en su obra Conquista de las Siete Yslas de Canaria, publicada en 1687, señala que "La noticia que los conquistadores primeramente tubieron  de esta Ymagen de Nuestra Señora [de la Candelaria] fue el año 1464, que la dio a Diego de Herrera, el rey de Imobah, que governaba en Taoro, a los demás capitanes con quienes se hizo paces, mas él no la quizo hacer con nadie, este fue llamado el de las Lanzadas por tener unas grandes cicatrices, i dicen [que] hubo de ser de alguna batalla con castellanos que entraban a robar, dixo que era decendiente del gigante mirlado que está en la cueba de Guadamojete, poco menos de veinte i quatro palmos de largo, murió en batalla a lanzadas y mirlároulo sus parientes que lo tuvieron hasta el tiempo de la Conquista. Dieron también la noticia algunos de los naturales que cautibaban" (2021, p. 365).

A principios del siglo XX, Juan Bethencourt Alfonso señala que Guadamojete fue una necrópolis aborigen, y en ella "encontramos una zalea de esta variedad ovejuna (oveja con pelo corto y sin lana) envolviendo un cadáver" (p. 107, Tomo I). 

[...] "Asimismo, es legendario que en los concursos de natación durante los Juegos Beñesmeres, cada nación (o menceyato de Tenerife) tenía señalado determinados recorridos para disputarse la victoria los grandes nadadores. En el reino de Adeje, uno de dichos sitios era el [...] Risco de Los Cristianos, que habían de salvarlo a todo lo largo; en el de Abona, dar vuelta a Montaña Roja; en Güímar, desde Guamojete (sic) a las Vueltillas de Barranco Hondo, etc." (p. 353, Tomo II).

Dos imágenes del ayer y del hoy de la Punta de Guadamojete.

Luis Diego Cuscoy, en 1968, en su obra Los Guanches. Vida y cultura del primitivo habitante de Tenerife, sitúa en este paraje de la Punta de Guadamojete, el límite oriental del Menceyato de Güímar con el reino de Anaga. "Si el barranco de Santos parece ser un límite arqueológico entre el menceyato de Anaga y el de Güímar, el límite natural se podría situar más al sur, en la Punta de Guadamojete." [...] Cuscoy añade que "La típica zona de transición [entre los menceyatos de Güímar, Anaga y Tegueste] la encontramos precisamente en el triángulo formado por la Punta de Guadamojete, Monte de la Esperanza y costa de Igueste de Candelaria." (pp. 156 ss.).

Por su parte el historiador Marcos José Reyes, con motivo de la denominación del citado parque por el Ayuntamiento de El Rosario, señala que el pasado de esta voz, de la que ha constatado que no hay ninguna réplica en el resto del Archipiélago, "se ha utilizado tradicionalmente para nombrar a un cabo ubicado en la costa del municipio de El Rosario (aunque antaño es posible que su extensión albergara, al menos, al entorno precedente más inmediato). Más concretamente, sabemos que se trataba de un macrotopónimo que da nombre a una punta orográfica del litoral que abarca desde el sur de la desembocadura del barranco de La Nea hasta el extremo más meridional del puerto que hoy lleva por nombre Radazul", expone el historiador.

"Más modernamente, este término de Punta de Guadamojete ha dejado de utilizarse, quedando parcialmente en desuso, para pasar a denominarse como punta de Radazul o puerto de Radazul, nombre que nunca fue empleado por nuestros antepasados", por ello, expone que "Existen numerosas razones históricas para rescatar del olvido este término, que forma parte del valioso legado del habla más antigua heredada de los primitivos habitantes del municipio".

Vista del Parque Marítimo y del Puerto Deportivo de Radazul, en la rada de Guadamojete
(Foto Pedro Rubens).

LA GRAFÍA DEL TOPÓNIMO.- Entre la escritura de este topónimo en la obra del Padre Espinosa (Guadamoxete) y en la actualidad no hay más diferencia que las dos maneras en que se ha expresado el fonema velar sordo /x/, pero sin ninguna repercusión en el verdadero sonido de la voz. Y sin embargo, de esta primera cita historiográfica, y de esta única grafía antigua, al repetirse y pasar de un autor a otro, hasta llegar a Wölfel (1996: 929), han resultado las siguientes escrituras del topónimo, según los documentos donde aparece el término: Guadamojete, Guadamoxete, Guadamoxte, Guamojete, Guamugeto, Guanmohet, Guanmohete, Guardamoxete y Guardamoxte, muestra muy ejemplar de lo que ocurre de continuo con las escrituras de los topónimos guanches.

El topónimo de Guadamojete ha sido interpretado por el filólogo güimarero Juan Álvarez Delgado como wad-amubit o río hondo, asociándolo con el actual topónimo de Barranco Hondo, actual límite municipal entre El Rosario y Candelaria.

Según el citado Diccionario de Toponimia de Canarias que edita la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, la forma más errada de todas, respecto de la escritura inicial de Espinosa y de la forma con que ha llegado a nosotros, es sin duda 'Guanmohete'. Se pregunta el Diccionario: "¿Quién pudo escribirla? ¿Quién si no Berthelot, que interpretó y escribió como le vino en ganas los topónimos guanches sobre los que trató?"

Y decíamos que la primera cita historiográfica conocida era la del Padre Espinosa, porque aunque el topónimo cuenta con escritos anteriores a las de Espinosa, pero estos no pudieron servir como referencia posterior, pues pertenecían a protocolos de escribanías del todo inéditas y desconocidas hasta fechas muy modernas, como fueron las Datas de Tenerife. En efecto, en tres documentos de los Libros I al IV de Datas originales de Tenerife editadas por Elías Serra (1978), encontramos referenciado este topónimo, y con tres formas diferentes, prueba a su vez de lo dificultoso que resultaba para los escribanos de la época la transcripción de un nombre aborigen tan extraño a los oídos de un castellano: 'Guamoxetjo' (doc. 780, del año 1500), 'Guadiamoxeto' (doc. 784, año de 1512) y 'Guadramoxeto' (doc. 1.648, del mismo año 1512).

Decimos que fueron transcritas al castellano de la época desde la oralidad, salvo en el tercer caso, que no es más que una copia errada (r por i) del segundo documento en que además se describe el lugar: "En ellos se concede 50 fanegadas de tierras de sembrar a dos vecinos de Tenerife, Pedrianes, pescador, y Luis Peres, "a cada uno de vosotros, camino de Santa María de Candelaria abajo hacia el camino de Guadiamoxeto, linde con el Barranco de los Pinos".

Estas citas del término aparecen en diversos documentos, que ya tuvimos la oportunidad de transcribir en el siguiente post de nuestro Blog, publicado el 21.08.2024:

https://guadamoxete.blogspot.com/2024/05/antiguos-lugares-de-tenerife.html

ZONA DE HALLAZGOS ARQUEOLÓGICOS.- Como nota añadida a este topónimo, debe decirse que en este lugar de la costa de Tenerife en 1965 se descubrieron en arqueología submarina varias ánforas que algunos interpretan como fruto del comercio Canarias-América del siglo XVI o XVII. Este hallazgo se produjo al norte de la Punta de Guadamojete, a unos 30m de profundidad. Se trataba de un ejemplar de "poca altura de cuello, hombros más redondeados, carentes de asa y pico hueco y menos largo" (Diego Cuscoy 1967: 8), que inicialmente se pensó por Cuscoy que era de origen romano.

Sin embargo, en los años 80 del pasado siglo, las prospecciones subacuáticas se van a centrar en dos puntos, la Playa del Moro, en Tabaiba, muy próxima a la Punta de Guadamojete. Y en segundo lugar, en un punto indeterminado de Punta de Guadamojete, donde se recuperaron una ánfora romana, una botija del XVI, una segunda botija también de la misma época y un cuenco con asa de engobe rojo. A raíz de estos hallazgos, en octubre de 1983, se va a producir el hallazgo de la segunda ánfora romana, durante un inmersión frente al dique exterior del puerto de Radazul.


Resto de ánfora romana para transporte de salazones, originaria de la Bética, con datación del 25 a.C. a 150 d.C., expuesta en el MUNA de Tenerife y que según pone erróneamente la cartela "Encontrado en Punta de Guadamojete (Candelaria)". (Foto Pedro Rubens).

Estos autores señalan que "La frecuentación romana de la costa Noroeste de Tenerife viene indicada por la presencia de dos ánforas utilizadas como contenedores de salazones o garum, una originaria de la Bética, (ca. 25 a.C.-75/100 d.C.) y una Africana II, originaria de Túnez, (ca. 200/250-300 d.C.), eso hallado en el norte de la isla. Aparte, apareció en el sureste de Tenerife otra ánfora romana en la Punta de Guadamojete (Escribano y Mederos, 1996: p. 83, p. 94 y 2006: pp. 24-25).

Sin embargo, como han señalado Escribano y Mederos, en el entorno del Puerto de Guadamojete merece señalarse la presencia de una cueva sepulcral en la Cueva de la Nea, explorada por Diego Cuscoy, habiendo constancia de importantes cuevas en el cauce bajo del Barranco de la Nea, al igual que existe otro notable conjunto de cuevas en el acantilado sobre Bocacangrejo, donde destaca la Cueva de los Burros.

Por otra parte, en el cauce medio del Barranco de Chabique o de las Higueras, a la altura del El Chorrillo, cuya desembocadura termina en Tabaiba, en Playa del Moro, se conoce una necrópolis, muy importante a juicio de Diego Cuscoy, dado que en ella se hallaron un mínimo de 57 individuos, 40 hombres y 17 mujeres, entre los que se encuentran restos de dos hombres jóvenes momificados de 23 y 25 años de edad.

Por último, y para terminar las referencias históricas de la zona y la importancia que en el pasado tuvo el puerto de Guadamojete, tenemos que citar a un importante personaje también vinculado con la historia del municipio de El Rosario. Se trata de Amaro Pargo, el corsario que tenía casa en Machado (Hacienda Toriño, en la actualidad, totalmente en ruinas). Pues bien, este corsario tinerfeño llamado Amaro Rodríguez-Felipe y Tejera, que comerciaba con América, tenía en Guadamojete, un refugio natural para el anclaje de sus navíos, y desde aquí divisaba los barcos que surcaban desde la Punta de Anaga hasta los confines del Valle de Güímar. Como ha señalado el historiador Alfredo López Pérez, "su relación con el hoy municipio de El Rosario y con localidades como El Tablero, El Sobradillo, Radazul, Guadamojete, Tabaiba y Machado entre otras, y con el propio Camino a Candelaria, es más que patente y está ampliamente documentado. Al punto de que, desde el 9 de diciembre de 1744, conforme se documenta vía escritura pública, Amaro Rodríguez Felipe, Amaro Pargo, adquiere la famosa casa de Machado, mediante la cesión de un poder a su nombre, como puede comprobarse en la propia Sala de Los Hermanos de la Ermita de Nuestra Señora del Rosario, en Machado."

Por todo lo expuesto, por la importancia histórica del lugar y por la relevancia del topónimo, resulta valioso su uso todavía en la actualidad, y, por ello, siendo muy de agradecer que el Ayuntamiento de El Rosario haya tenido la feliz idea de perpetuarlo, acordando en 2017 la denominación de "Parque de Guadamojete" en la zona de Radazul, precisamente donde históricamente se hallaba el término, en relación con el cabo geográfico existente antes de la construcción del puerto deportivo y con el uso portuario de la zona que históricamente tuvo como hemos puesto de relieve.

Por último, indicar en relación con la relevancia del personaje de  Amaro Pargo, puesto de actualidad con las últimas investigaciones publicadas sobre el mismo, véase nuestro Post publicado en este Blog el 2.07.2024:

https://guadamoxete.blogspot.com/2024/07/actualidad-canaria-un-investigador.html

Pedro R. Castro Simancas, 02.08.2024.

Fuentes:

Diccionario de Toponimia de Canarias: voz Guadamojete.

https://hdl.handle.net/11730/guatc/1538

ESCRIBANO COBO, G. y MEDEROS MARTÍN, A. (2006): "Frecuentación romana de ensenadas en Canarias: el Puerto de Guadamojete, Tabaiba-Radazul-La Nea (El Rosario, Tenerife)" en Cuadernos de Arqueología Marítima, nº 7, pp. 16-31, Ministerio de Cultura y Deporte, Madrid.

Comentarios

TEMA