Historia del Siglo XX: El relato de cuando Hitler quiso apoderarse de una isla canaria.

El 1 de septiembre de 1939, comenzó la II Guerra Mundial. El día 4, el Gobierno español presidido por Franco declaró su neutralidad. Pronto comenzaron en el seno del mismo los debates en torno al curso de la guerra y la actitud a adoptar, especialmente ante los éxitos rápidos de Hitler.

La cautela de Franco y la actitud anglófila (a favor de los aliados) del ministro de Asuntos Exteriores español de aquel momento, Juan Beigbeder, frenaron cualquier cambio de posición frente a actitudes como las de Serrano Súñer, Ministro de la Gobernación, favorable a una intervención en apoyo de Hitler.

Desde muy pronto, Alemania presionó a Franco para que adoptara una posición beligerante en apoyo del Eje italo-alemán en la Guerra, lo que  dio lugar al encuentro en octubre de 1940 de los dos líderes, Hitler y Franco, en Hendaya, muy cerca de la frontera franco-española. Allí cada parte fijó sus exigencias y sus condiciones para una eventual intervención de España en la Guerra apoyando al ejército nazi.

Mapa del Atlántico norte

EL ENCUENTRO EN HENDAYA.- Octubre de 1940. En la Conferencia de Hendaya celebrada entre Hitler y Franco el 23 de octubre de 1940, la Alemania nazi puso sobre la mesa su deseo hacia las islas Canarias. Como ha expresado el periodista Martín Rivero, ese día, "Hitler quiso ir al grano y habló con Franco abiertamente sobre Canarias en su tren oficial, Erika, en la estación fronteriza francesa del ferrocarril de Hendaya" (en el sur de Francia), (Diario de Avisos 01.09.2019).

Antes de la entrevista en Hendaya, Ramón Serrano Suñer 
se reunió con Joachim von Ribbentrop en Berlín.

En aquella reunión, entrevista o conferencia de Hendaya, Francisco Franco, jefe del Estado español, se entrevistó con Adolf Hitler, Canciller de Alemania, en presencia de sus respectivos ministros de Asuntos Exteriores, Ramón Serrano Súñer (1901-2003) y Joachim von Ribbentrop. Tuvo lugar en la estación de ferrocarril de la localidad francesa de Hendaya, junto a la frontera hispano-francesa. Lo acordado se mantuvo secreto, pero se sabe que Hitler solicitó a Franco una base en las islas Canarias y poner en marcha la conquista de Gibraltar. Los dos testigos de excepción fueron, en efecto, los ministros alemán y español de Asuntos Exteriores, Ribbentrop y el influyente Serrano Súñer, cuñado de Franco.

En aquel encuentro Hitler mostró un trío de ases: Gibraltar, Marruecos y Canarias. Le urgían las tres, porque, a su juicio, los ingleses podían apoderarse del Estrecho y de las Islas para controlar la navegación del Mediterráneo y el Atlántico pensando en África. En efecto, fue uno de los temas obsesivos durante las nueve horas -divididas entre la entrevista y la cena- en que ambos estadistas pasaron juntos en aquella ciudad francesa. La pretensión de Hitler era, pues, sacar a España de la cómoda hamaca de “no beligerancia” en favor de una participación activa junto al Eje en la Guerra, a partir de enero del año siguiente (1941).

En Hendaya, Hitler, «Por lo que se refiere a las islas Canarias manifestó que (...) los Estados Unidos (...) en cualquier golpe de mano podrían hacerse con ellas y sería, desde luego, un golpe muy fuerte contra la campaña submarina», (según cuenta Serrano Súñer en sus memorias publicadas en 1977).

Sin embargo, para evitar, o al menos dilatar, la entrada en guerra de España junto al Eje formado por Alemania e Italia, Serrano Súñer, el ministro español, había hecho una lista secreta inviable para que la aceptara Hitler: España pedía rectificar las fronteras en los Pirineos, reclamando el Rosellón o Cataluña francesa, más Orán en Argelia, y todo Marruecos hasta el paralelo veinte. 

El siguiente relato de los acontecimientos previos a la Conferencia de Hendaya nos lo expone el canario Alfredo Mederos Martín, Catedrático de la Universidad Autónoma de Madrid, aportando diversos testimonios del investigador norteamericano Norman J.W. Goda, las memorias del ministro Serrano Súñer y del falangista Antonio Tovar Llorente, testigo directo de las reuniones habidas, dado que actuaba de intérprete en las entrevistas del ministro español con los alemanes.

Entrevista Hitler-Franco en Hendaya

LA SITUACIÓN PREVIA A LA REUNIÓN DE HENDAYA.- Junio de 1940. En una reunión de Hitler con el almirante Erich Raeder, el 11 de junio de 1940, ya le señaló como prioritario conseguir la cesión por España de una de las islas Canarias a cambio del Marruecos francés, donde también deseaba instalar algunas bases militares en puertos marroquíes. Dicha propuesta estaba recogida en la propuesta de negociación alemana con España que se preparó a finales de agosto de 1940 de cara a la reunión que se iba a celebrar en Hendaya meses después.

Franco valoró los rápidos triunfos del ejército nazi en la Guerra que llegó a ocupar Francia y a situarse en la frontera española, llegando a felicitar en junio de 1940 a Hitler por sus éxitos. En este contexto triunfalista, decidió el 13 de junio abandonar la “estricta neutralidad” y adoptar la posición de No Beligerancia. Al día siguiente, fuerzas militares españolas ocuparon la ciudad internacional de Tánger (norte de Marruecos), con grandes protestas de los aliados y Franco envió al general Vigón a entrevistarse con Hitler y mostrarle, al parecer, su disponibilidad para entrar en la guerra.

Julio de 1940. En este contexto geopolítico, el papel de Serrano Súñer fue clave como describe el 2 de julio de 1940 el embajador alemán en Madrid, von Stohrer, a Hitler, según la documentación diplomática alemana, informándole de que es “el más influyente y el más importante de los políticos españoles”. Le define como un gran amigo de Alemania, especialmente a través de Italia y de su amistad con Mussolini, para terminar afirmado que: “Su odio hacia Inglaterra es nuestra garantía del apoyo hacia Alemania”.

La Segunda Guerra Mundial (1939-1945) estaba en su apogeo, y a Hitler, seguramente por informes de inteligencia, le preocupaba que los ingleses se adueñaran de las islas Canarias, como efectivamente se estuvo planificando (como luego se ha sabido), ante el peligro de invasión alemana del Peñón de Gibraltar. 

Septiembre de 1940. La situación geoestratégica se aclaró el 3 de septiembre de 1940, con la publicación del Acuerdo de Bases para Destructores del Reino Unido con los Estados Unidos, por el que se les permitía a los norteamericanos utilizar 8 bases marítimas desde la Guayana británica hasta la isla de Terranova –Newfoundland–, junto a Labrador, la base americana más próxima a Europa de los británicos. El acuerdo hizo declarar a Hitler el 5 de septiembre que tendría que tomar las islas Canarias, Azores y Cabo Verde antes que fueran ocupadas por Estados Unidos o el Reino Unido.

En efecto, los planes alemanes ya estaban en marcha, pues desde el 5 de septiembre de 1940, Hitler había ordenado la planificación de la ocupación de las islas de Canarias, Cabo Verde y las Azores.

El Ministro español Serrano Súñer

Entre el 12 y el 19 de septiembre de 1940, Serrano Súñer realiza su primera visita a nivel gubernamental a Berlín. El general Franco envió a Ramón Serrano Súñer a Berlín para que acordara, en efecto, las condiciones de la entrada de España en la guerra del lado del Eje. En concreto, fue el 16 de septiembre de 1940 cuando Serrano Súñer realizó un viaje a Alemania como enviado especial de Franco. 

En Berlín se entrevistó con Hitler, el ministro Himmler y con von Ribbentrop, el ministro de Asuntos Exteriores de Alemania con el que mantuvo varias reuniones. Estuvo, además, acompañado por un grupo de españoles germanófilos que visitaron fábricas y unidades militares para impresionarles con el poderío alemán. No obstante, en este viaje se dio cuenta de que entre los planes alemanes no estaba la concesión de las reivindicaciones históricas que España demandaba, y que Alemania no sólo iba a defender sus objetivos sino que incluso exigió la ocupación de una de las islas Canarias y la Guinea española. 

En dicha entrevista del día 16 de septiembre con el Ministro de Asuntos Exteriores alemán, Joachim von Ribbentrop, este insistió en la cesión de una de las islas Canarias para convertirla en base aérea y naval, a lo que se negó terminantemente Serrano Súñer.

Durante la misma el ministro de Asuntos Exteriores alemán dijo a Serrano que si el Marruecos francés pasaba a España, se deberían establecer bases alemanas en Mogador y Agadir (sur de Marruecos), y también en una de las islas Canarias​ —más tarde Ribbentrop también incluyó en su petición la Guinea Española—​. Como comentó el embajador alemán en Madrid, Von Stohrer, «España no puede esperar de nosotros que le brindemos un nuevo imperio colonial con nuestras victorias y no obtengamos nada a cambio».

Serrano Súñer en sus memorias, escribe esta conversación con cierta concreción, «Un día hablamos en su casa donde un gran mapa de África colgado en la pared nos presidía (...) El Ministro alemán me pidió la cesión a Alemania de una base militar en las Canarias. Aquel golpe me cogía desprevenido y sólo pude reaccionar rechazándolo de plano». Sin embargo, «Comunes necesidades de la defensa europeoafricana frente al imperialismo americano –me replicó– así lo exigen. Espero que el Generalísimo lo comprenda así». «El diálogo había alcanzado un punto de máxima incomodidad. El insistió fundadamente en el gran peligro que corrían las islas de Occidente (...) Si los americanos llegan a poner un pie en ellas será demasiado tarde» (Serrano Súñer, 1973).

El día siguiente, el 17 de septiembre de 1940 se entrevista Serrano Súñer con Hitler en la Cancillería en Berlín. En dicha entrevista con Hitler, éste indicó que debía «preverse la posibilidad de que si la lucha actual se prolongara se convirtiera en una guerra entre el continente europeo y el americano»«tomando medidas sobre un compás sobre un mapa del Atlántico y calculando distancias en relación el radio o autonomía de los stukas» (los aviones de combate alemanes). 

Una vez derrotada Francia, el objetivo de Hitler era, por tanto, tener el control de una de las islas Canarias para poder disponer de bases aéreas y marinas antes de enfrentarse a Estados Unidos y tratar de controlar completamente el hemisferio norte, a cambio de lo cual estaba dispuesto a ceder el Marruecos francés a España.

Pero la petición de Hitler no era sólo de una base aeronaval en las islas Canarias, sino la ocupación de toda una isla, como se comprueba en la documentación original, sugiriendo N.J.W. Goda, el investigador norteamericano, que esa isla era la de Gran Canaria que tenía las mejores instalaciones aeroportuarias. 

Después de aquella entrevista de Serrano Súñer con Hitler, hubo una segunda entrevista con Ribbentrop ese mismo día 17 de septiembre de 1940, allí «Ribbentrop aseguró que Alemania obtendría de Francia su zona de Marruecos en el tratado de paz y que se la entregaría a España, con la excepción de las bases de Agadir y Mogador (...) preguntó a Serrano si España estaba dispuesta a ceder a Alemania una de las Canarias», lo que fue rechazado por Serrano Súñer que sugirió como alternativa para los alemanes la isla de Madeira y la ciudad de San Luis en Senegal. 

Al día siguiente, el 18 de septiembre de 1940, en una carta de Hitler al general Franco, se planteaba de manera más matizada la petición, insistiendo que la caída de Gibraltar provocaría la toma por los británicos de una o varias de las islas Canarias, por lo que le pedía poder instalar aviones de largo alcance y bombarderos submarinos alemanes en Las Palmas de Gran Canaria.

El ministro Serrano Súñer regresó a Berlín el 22 de septiembre de 1940, entrevistándose de nuevo con Ribbentrop el 24 de septiembre y con Hitler al día siguiente. En la primera entrevista, Ribbentrop volvió a solicitar la cesión de una de las Canarias, a lo que Serrano contestó que no estaba autorizado a plantearle esta cuestión al general Franco, por lo que Ribbentrop optó por reclamar la Guinea española y la isla de Fernando Poo, que también fue rechazado por Serrano, quien tampoco aceptó la presencia de bases alemanas en Mogador y Agadir. 

El día 25 de septiembre siguiente Hitler insistió en la necesidad de «establecer bases alemanas en las islas situadas al oeste de África», protegiendo desde Canarias a las islas de Cabo Verde y las Azores, y ante las permanentes reticencias de Serrano, que se excusaba en no tener capacidad para decidir, Hitler planteó la necesidad de tratar directamente el problema de Marruecos y Canarias con el general Franco, lo que efectivamente iba a ser objeto de discusión en la Conferencia de Hendaya.

En cambio, Hitler sólo ofrecía Gibraltar a España, a cambio de la isla de Gran Canaria, si había una paz de compromiso con Inglaterra, y en caso de derrota militar inglesa las cesiones se ampliaban al Marruecos francés, a Orán (Argelia), el incremento de la Guinea española, y se compensaba a la Francia de Vichy con Nigeria en manos británicas.

El objetivo de Hitler era a medio plazo, para preparar el inevitable conflicto con Estados Unidos, tratando también de evitar un futuro desembarco en Europa, como al final sucedió, y para ello precisaba instalar sus tropas en bases de Marruecos y de Canarias, lo que no estaba dispuesto a admitir el general Franco, que consideraba ambos territorios parte exclusiva del futuro "Imperio español".

Octubre de 1940. En todo caso, el éxito de este viaje a Alemania, que convirtió a Serrano Súñer en el interlocutor español con Hitler, lo que le supuso el cese como Ministro de la Gobernación y su nombramiento el 16 de octubre de 1940 como nuevo Ministro de Asuntos Exteriores del Gobierno español.

LOS PLANES BRITÁNICOS DE INVADIR LAS ISLAS CANARIAS: LA OPERACIÓN PILGRIM.- Los Archivos Nacionales del Reino Unido disponen una colección de documentos secretos, ya desclasificados en el año 2017, que manejó en diciembre de 1940 el Gabinete de Guerra del primer ministro británico, Winston Churchill, donde figura un informe del Subcomité de Inteligencia titulado "Posible acción alemana en el Atlántico".

Fue en junio de 1940, tras la caída de Francia, cuando por primera vez los chiefs of staff británicos contemplaron la posibilidad de capturar las Canarias, las Azores y Cabo Verde si España entraba en guerra al lado de los alemanes, ya que sería la única opción que contrarrestaría la pérdida de Gibraltar y por tanto del control del Estrecho por los nazis. No obstante, tras un estudio más detenido de la situación, se concluyó que en caso de hostilidad española o portuguesa solo se deberían ocupar las Azores y Cabo Verde.

Este informe del Subcomité de Inteligencia del Reino Unido, pone de relieve que en Canarias se podría producir una sublevación contra Franco con dinero y recursos humanos alemanes sin oposición de Madrid. De esa forma, Franco mantendría la neutralidad de España y Hitler accedía al control de la plataforma logística que representaban las islas Canarias en el Atlántico norte.

Sin embargo, a principios de 1941 la guerra era eminentemente naval  en el Atlántico y la estrategia de Gran Bretaña se basaba en la defensa de sus líneas de comunicación marítimas, por lo que los chiefs of staff sugirieron al gabinete de Guerra que si se ocupaban las Azores y Cabo Verde también se deberían ocupar las islas Canarias (primero Gran Canaria, que serviría como base contra Tenerife). 

No obstante, el Gobierno del Reino Unido alertó a los Aliados que era necesario meditar mucho cualquier intervención en las islas Canarias en caso que España tomase Gibraltar en la Guerra, por una cuestión: creían que Hitler estaría meditando convertir a las islas Canarias en un protectorado alemán. Es decir, iba a ejecutar una especie de golpe de Estado en las islas permitido por las autoridades franquistas en las islas.

El citado informe secreto está fechado el 11 de diciembre de 1940, casi dos meses después de la cita que Hitler mantuvo con Franco en la estación de ferrocarriles de Hendaya para negociar la entrada de España en la contienda, aunque sin éxito. Este informe sobre estrategia británica en Canarias fue elaborado, por tanto, unos meses después del encuentro entre Hitler y Franco en Hendaya, tras el acceso, mediante inteligencia por parte de los Aliados, del contenido de aquella reunión mantenida en el sur de Francia.

Los autores del documento examinan las posibilidades de que Canarias cayera bajo el control de los nazis, que de esa forma lograrían una plaza estratégica para sus operaciones en el Atlántico.

Los propios Aliados hicieron al año siguiente planes para invadir las islas Canarias tomando, primero, el puerto de Las Palmas en la llamada 'Operación Pilgrim', para el caso de que España se uniera al Eje, lo que finalmente no se produjo por la prudencia de Franco, porque siempre se había escuchado la tesis siguiente entre los Aliados: si Franco entraba en Gibraltar, el Reino Unido atacaría las islas Canarias.

Pedro R. Castro Simancas, 20.03.2025.
Festividad de San José Bilczewski.

Fuentes:

DÍAZ BENÍTEZ, Juan José (2008): Canarias indefensa: los proyectos de ocupación de las islas durante la II Guerra Mundial, Ediciones Idea, Santa Cruz de Tenerife, 2008.

GODA, Norman J.W. (2002): Y mañana el mundo. Hitler, África noroccidental y el camino hacia América, Alianza Editorial, Madrid, 2002.

MEDEROS MARTÍN, Alfredo (2012): "El proyecto de Antonio Tovar de una exposición de Canarias en 1941 y la consolidación de las Comisarías insulares de excavaciones como respuesta al intento de Hitler de anexionarse una isla canaria" en Revista Lvcentvm, nº XXXI, pp. 207-226, Universidad de Alicante, 2012.

YANES MESA, Julio Antonio (2021): "El rotativo El Día de las Islas Canarias durante la II Guerra Mundial (1939-1945)" en Anuario de Historia Regional y de las Fronteras, vol. 26, nº 1, pp. 273-292, Universidad Industrial de Santander, Colombia, 2021. 

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