Tenerife y el viejo Santa Cruz: Calle La Marina, la Alameda y el Castillo de San Cristóbal.
Presentamos una obra pictórica que aunque pintada en la mitad del siglo XX, representa un momento histórico de finales del siglo XVIII de la ciudad de Santa Cruz de Tenerife.

Obra pictórica del artista tinerfeño Pedro de Guezala (1896-1960), nacido en La Laguna y fallecido en Santa Cruz de Tenerife.
Título: Defensa de Tenerife contra las tropas inglesas (1951). La obra de Guezala representa la batalla de Santa Cruz de Tenerife de 1797, iniciada por el almirante de la Marina británica, Horacio Nelson, contra la ciudad de Santa Cruz de Tenerife para someter al archipiélago canario al mandato de la Corona británica. Este intento por parte de los ingleses de conquistar la isla se vio frustrado por las fuerzas de defensa de la ciudad, las Milicias Canarias, bajo el mando del general Antonio Gutiérrez de Otero.
En este cuadro se pueden apreciar elementos del viejo Santa Cruz de finales del siglo XVIII, la calle de La Marina, la Alameda del Duque de Santa Elena y una esquina del viejo Castillo de San Cristóbal que se situaba en la actual Plaza de España de la ciudad.
Óleo sobre lienzo, 150 x 200 cm. que se encuentra en depósito en el Cuartel General del Mando de Canarias, del Ejército de Tierra (Ministerio de Defensa).
Pedro de Guezala, artista perteneciente a una familia enraizada desde generaciones en Santa Cruz de Tenerife, su nacimiento y temporadas de su infancia en La Laguna y en Tegueste dejarán en él un poso de regusto por lo típicamente isleño. Se inició como pintor con el acuarelista Francisco Bonnín, pintor de paisajes y caseríos típicos de la isla de Tenerife, y viaja en 1920 a Madrid, donde pasará unos años. Allí se matriculó en la Escuela Superior de Bellas Artes y donde recibió también lecciones del pintor Sorolla, acudiendo a tertulias de poetas y pintores y frecuentando los estudios de éstos, especialmente el del artista canario José Aguiar (con cuya pintura muestra la de Guezala evidentes afinidades).
Parece claro que entre 1917 y 1926 el contacto con las corrientes modernistas marcó la expresión artística de Guezala, formando parte del grupo de artistas que, como Davó, Néstor o Borges Salas, desarrollaron e implantaron el modernismo de raíz isleña en el arte canario.
A su regreso asiste en Tenerife a varios cursos en la Escuela de Artes y Oficios de Santa Cruz, frisando ya los treinta años de edad. Es entonces cuando comienza a proliferar su verdadera actividad pictórica: ilustraciones en revistas, bocetos para carteles, vinculación al Círculo de Bellas Artes de Tenerife, y su primer premio: medalla de oro en artes decorativas por la realización de una vidriera para el pabellón tinerfeño de la Exposición Iberoamericana en Sevilla de 1929. Su participación en XII Salón de Otoño de Madrid propicia que el jurado lo proponga para ser miembro de la Asociación de Escultores y Pintores.
En 1932 gana por oposición la plaza de Profesor de Dibujo de la Escuela de Náutica de Santa Cruz de Tenerife. Es en ese momento cuando comienza su carrera de Perito Aparejador, que culmina en 1938. En el futuro sería delineante en el estudio del conocido arquitecto de estilo regionalista José Enrique Marrero Regalado, con quien también compartirá afinidades estéticas.
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